No me refiero a querer escribir, no: me refiero a querer ser escritor (y escritora, por supuesto). Porque son dos cosas distintas que a veces se confunden. Puedes querer escribir por curiosidad, como afición o pasatiempo... (y eso está muy bien), pero querer ser escritor implica un deseo de comprometerte y relacionarte profundamente con la palabra.

Si quieres escribir, los talleres de escritura son uno de los mejores espacios para aprender y jugar con todo tipo de técnicas y herramientas. Pero si buscas ser escritor, es mejor que te hagas esta pregunta antes de ponerte a ello, porque supone demasiado esfuerzo y dedicación para acabar frustrándote ya que, en realidad, no es lo que esperabas o querías.

He escuchado muchas respuestas a esta pregunta siempre que la he hecho en un taller y te aseguro que he sabido si tenía delante a un verdadero escritor, o no, según su respuesta, sin necesidad de leer nada que hubiera escrito, incluso sin todavía haberse puesto a escribir en serio.

Respuestas que te alejan de ser escritor

• La primera y con la respuesta más fulminante, es que quieras ganar dinero. Si es lo que tienes en la cabeza, déjalo. Si no lo sospechabas, la literatura no es una inversión financiera rentable. Los escritores que viven solo de sus libros son estadísticamente minoría, como los actores famosos o los futbolistas profesionales. Las cifras de ventas no van a decir nada sobre tu obra, salvo que eres tendencia. Además, si te diera por comparar las horas de trabajo con la rentabilidad que les saca, te echarías las manos a la cabeza.

• No es buena idea querer ser escritor porque creas que puedes. Eso de que cualquiera puede hacerlo es una trampa. Técnicamente, cualquiera puede tocar el piano, pero al igual que pasa con la música, el lenguaje no es solo una herramienta. Escribir bien no es sentarse y dejar que fluyan tus ideas sin más. Requiere mucha práctica y disciplina. Si crees que es fácil, es que nunca te has puesto a escribir algo que realmente esté cuidado.

• Y abandona la idea si lo que buscas es reconocimiento. Partiendo de que todo escritor es, en mayor o menor medida, vanidoso, y que hay que tener ego para dedicarse a la escritura (porque al fin y al cabo, con tu libro te expones ante el mundo), no es malo, y es incluso normal, querer alcanzar la fama. Las cosas se tuercen cuando, en esa intención de conseguir esa validación externa, ese reconocimiento, el escritor pierde su esencia, la excelencia de su escritura o (peor todavía) acaba escribiendo lo que otros quieren con tal de que le alaben.

Respuestas que te convierten en escritor de verdad

• Por necesidad. Mi respuesta favorita. Se escribe porque no se entiende el mundo sin hacerlo, porque es una actitud inevitable ante la vida, porque te nace sin más. Hay algo que tienes dentro que necesita salir, historias que te piden ser contadas. No escribes porque quieras, sino porque debes. Es una necesidad casi física, casi orgánica. El escritor de verdad sabe de sobra lo que es la urgencia interior.

• También tienes que escribir si lo haces para entender el mundo. De hecho es a lo que nos dedicamos todo el rato los escritores: a intentar darle sentido a la realidad, incluso cuando no la tiene. Hay algo de paz mental en reordenar el caos de la experiencia vital sobre el papel. No me refiero solo al hecho de conocerte a ti mismo (que también), sino de interiorizar que la ficción es tan real como la realidad. Si no puedes dejar de preguntarte «¿Y si...?», es que ya estás en ello.

• Y hablando de compartir, puede que quieras ser escritor para conectar con otras personas. Eso también está muy bien, porque la literatura es ese sitio ajeno al tiempo y al espacio en el que dos conciencias se encuentran. Y cada vez que pasa, es maravilloso. Es maravilloso cuando un lector se reconoce en tus palabras, o siente que una historia está escrita para él. En este caso no es vanidad, sino generosidad.

Ahora hazte la pregunta y sé brutalmente honesto contigo antes de decidir si tu objetivo es ser escritor o simplemente te vale con escribir de vez en cuando.